Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1683
Legislatura: 1901-1902 (Cortes de 1901 a 1903)
Sesión: 8 de julio de 1901
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 23, 403-404
Tema: Ausencia del Sr. Marqués de la Vega de Armijo y discurso de la Corona

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): No crea el Sr. Romero Robledo que yo voy a seguir dando a este debate las inmensas proporciones que ha creído S. S. deber darle.

El régimen está perdido; el decoro del congreso ha desaparecido; nosotros estamos aquí bajo el anatema de la indignidad. ¿Por qué? Porque en lugar de recibirse hoy una comunicación, puede recibirse mañana: ni más, ni menos.

Que no se ha recibido hoy: ¿qué de particular tiene? Porque el Sr. Romero Robledo parte de hipótesis equivocada, parte de hechos inexactos. El señor Romero Robledo supone que el Sr. Marqués de la Vega de Armijo daba la contestación antes de recibir la noticia oficial de lo que aquí había ocurrido; y no hay semejante cosa: no dio contestación ninguna, y todo el que le quiso oír le oyó en la estación que no contestaba hasta que no se enterase del Diario de Sesiones y de la comunicación que esperaba de la Mesa dándole parte de lo ocurrido, porque creía que eso era lo formal y no debía anticiparse en asunto de esta importancia y tratándose de las cortes. Y esto es lo que ha sucedido; ni más, ni menos.

El Sr. Marqués de la Vega de Armijo ha esperado el Diario de las Sesiones y la comunicación que le habrá pasado la Mesa del Congreso. Pero esa comunicación y ese Diario de Sesiones han llegado ayer a Bilbao, y ya sabe el Sr. Romero Robledo que el correo llega bastante tarde a Bilbao. (Risas.- El Sr. Romero Robledo: No lo sé, porque no he vivido en Bilbao y no soy director de Comunicaciones.) Pues debía saberlo S.S., y si no, no extrañarse de que no haya habido tiempo para dar la contestación ayer mismo.

No hay aquí nada de particular, porque a mí me sorprende haber oído al Sr. Castellano y al señor Romero Robledo decir que estas cosas podían haberse tratado por telégrafo.

Señores, ¡las relaciones del Presidente de la Cámara con la Cámara misma; las relaciones de la Cámara con el Presidente y con el Gobierno tratadas y resueltas por telégrafo! ¿Dónde se ha visto eso? Porque el apremio no es tan grande que haya habido necesidad para adelantar un día la contestación, de tratar asunto tan importante por telégrafo. ¿Cómo iba a mandar el Sr. Marqués de la Vega de Armijo por telegrama la comunicación con la cual haya de contestar nada menos que el acuerdo del Congreso? ¿Le parece eso a S. S. bastante formal y bastante solemne? Por consiguiente, S. S. ha querido formar en un vaso de agua una grandísima tempestad. Eso lo hace S. S. muy bien y puede venir bien para ciertos asuntos; pero no viene bien para ciertos asuntos; pero no viene bien ahora perder el tiempo en minucias semejantes, cuando hay pendientes asuntos tan graves, (Muy bien, muy bien, en la mayoría) cuando aparte del debate sobre la contestación al discurso de la Corona, tenemos problemas de los más pavorosos que pueden afligir a un país sin resolver, y que el Gobierno desea resolver y las Cortes debían tener prisa en resolverlos, en lugar de estar perdiendo el tiempo en cosas semejantes. (Aplausos). Ahora mismo tenemos sobre la mesa un asunto de verdadera política, un asunto muy importante.

Se va a empezar el debate acerca del discurso de la Corona, y aquí no se encuentran presentes los representantes de Barcelona, cuyas actas están sobre la mesa, y yo quiero, y el Gobierno quisiera que estuvieran aquí, porque deseamos oírles, deseamos discutir con ellos, a fin de dar a Cataluña lo que sea justo y negarle en absoluto lo que sea injusto. (Aplausos en la mayoría.) Pero para eso es necesario que los oigamos y que ellos vengan aquí.

Algo más importante es eso que se halla pendiente sobre la mesa, que esos otros detalles en que se ha metido S. S. respecto de una cosa que no tie-[403] ne importancia alguna, porque, después de todo, lo mismo da que esa comunicación venga hoy o que venga mañana. (Aplausos en la mayoría.)



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